Violencia obstétrica es, según Jesusa Ricoy, educadora perinatal,“el acto de ignorar la autoridad y la autonomía que las mujeres tienen sobre su sexualidad, sus cuerpos, sus bebés y sus experiencias de gestación y parto. Es también el acto de ignorar la espontaneidad, las posturas, los ritmos y los tiempos que el parto requiere para progresar con normalidad. Y es además, el acto de ignorar las necesidades emocionales de la madre y del bebé en cualquier momento del embarazo, del parto y del posparto inmediato.”
Bajo esta premisa, el Ministerio de Igualdad ha planteado considerar la violencia obstétrica como una forma de violencia hacia las mujeres en la nueva Ley del Aborto.
Pero el Consejo General de Colegios Oficiales de Médicos (CGCOM) cree “muy desafortunada” esta apreciación y lo considera exagerada, pidiendo “prudencia y no crear alarmas sociales innecesarias”, según su presidente Tomás Cobo.
Ofrecemos datos que avalan que este tipo de violencia existe:
Según la <<International Journal of Environmental Research and Public Health>> en España (2020):
– Al menos, un 40% de mujeres identifica haber sufrido este tipo de violencia.
– Un 44,4% considera que fue sometida a procedimientos innecesarios/dolorosos.
Según el <<Informe del Observatorio español de la Violencia Obstétrica>> (2016):
– Un 40% considera que el lenguaje utilizado para dirigirse a ellas no fue correcto.
– Un 32,5% recuerda que alguien criticó sus expresiones de dolor.
– El 50,7% de las mujeres no fueron informadas de la intervención (inducción, kristeller, episiotomía…) que se les iba a realizar.
– Un 74,7% de las mujeres no pudo elegir la postura en el expulsivo.
– Un 35,9% de las mujeres encuestadas dice precisar de ayuda psicológica para superar sus recuerdos del parto.
La OMS denuncia las prácticas de violencia obstétrica e insta a crear políticas y controles de calidad en centros sanitarios para evitar este “maltrato” y conseguir “bienestar biopsicosocial”.
Terminamos este análisis con la siguiente reflexión de Ágnes Geréb, matrona húngara: “La libertad de un país puede medirse por la libertad en el parto”.
¿Qué pensáis?
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