No somos nosotras, son ellos

Que me llamen feminazi. Me da igual. Que me digan que soy una exagerada. Me la sopla. Solo quiero ser libre y que, sororamente, las mujeres de mi alrededor también puedan serlo. Quiero luchar por ello porque tengo la firme convicción de que la lucha feminista es la única vía para evitar los feminicidios. Lo contrario al feminismo es la incultura.

Basta ya. No quiero que Laura sea un nombre más que añadir a la lista. No quiero dejar de pasear sola por el campo y disfrutar de conversaciones conmigo misma. No quiero dejar de ponerme minifalda si me gusta cómo me queda. No quiero sentirme observada y acosada si salgo con mi grupo de amigas. No quiero cambiarme de sitio en un bar porque un baboso no me deja en paz y me está incomodando. No quiero tener el móvil preparado si siento que un tío me está siguiendo de cerca. No quiero que mis padres me vuelvan a decir que tenga cuidado si me vuelvo sola a casa. No quiero sentirme vulnerable.

No quiero porque no tengo por qué. No quiero tomar precauciones por ser mujer. No soy yo, son ellos. No somos nosotras, son ellos.

Quiero correr. Como tú, Laura. Quiero ser libre. ¿Lo he dicho ya?

Esta vez no tienen excusas: no era de noche, no llevabas ropa provocativa, no ibas borracha.

No somos nosotras, son ellos. Ellos son los asesinos. Por muchas precauciones que tomemos, el patriarcado buscará la forma de vejarnos, acosarnos y matarnos. Hecha la ley, hecha la trampa. No debemos cambiar si no queremos. Debe cambiar la sociedad. Cambiemos el discurso y enseñemos y aprendamos comportamientos de equidad. Reseteemos.

Eduquemos, cambiemos leyes. De nada sirven los minutos de silencio de hoy, ni los #todassomoslaura, ni los tweets con dedicatorias y lazos negros. Lo que provocará el cambio es echarnos a la calle, creer a las hermanas que denuncian, ayudar a aquellas que nos piden su apoyo sin mirar hacia otro lado y denunciar, si nos apetece, situaciones incómodas que vivimos diariamente por ser mujer. Porque si muchas y muchos no ven el problema, nosotras se lo mostramos. “Tu oportunidad eres tú”, decía Laura Luelmo. Adiós, hermana

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