Olatz Vázquez nos dejó el pasado viernes.
Periodista y fotógrafa, nos atrapó con su testimonio gráfico, a golpe de cámara, en las que se desnudaba por dentro y por fuera para mostrarnos las duras consecuencias, sin edulcorar, de la enfermedad que estaba sufriendo.
“La fotografía para mí es terapéutica. Vuelco mis inseguridades, mis problemas. Siempre digo que lloro fotografías”.
Desde las redes, sus seguidoras recogíamos esas lágrimas, nos dejábamos empapar y nos enredábamos en las hebras de los hilos en los que Olatz relataba sus idas y venidas del hospital, el diagnóstico tardío que sufrió debido a coincidir sus primeros síntomas en plena crisis Covid-19.
Olatz Vázquez denunció la falta de detección precoz por ser una mujer joven, pues sus síntomas no eran tomados en serio por doctoras y doctores, y eran relacionados con dolor de ovarios o estrés. Finalmente estaba desarrollando un cáncer gástrico. “PATERNALISMO MACHISTA”- lo llamó ella misma.
Olatz es víctima del sesgo de género, del paternalismo médico y de la atribución de patología psiquiátrica a una causa orgánica.
Ilustramos su imagen con una frase que resume su caso, que le haga justicia para que no se repita.
Te recordaremos siempre, Olatz.
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